19 mar 2010

EL OSO PARDO EN CANTABRIA

Me parece interesante comentar esta noticia publicada por el Diario Montañés el viernes 19 de marzo de 2010:
Entre seis y diez osos pardos se mueven por Cantabria, sobre todo, por Liébana

Para los amantes de la naturaleza es una noticia esperanzadora, confiemos en que todos los esfuerzos que se están realizando por parte de mucha gente e instituciones consigan mantener y aumentar con el tiempo este número.
“Pesaguero, Vega de Liébana, Camaleño y la Hermandad de Campoo de Suso (y, en menor medida, Cabezón de Liébana, Cillorigo y Polaciones) son los municipios donde más presentes están los osos que se mueven por Cantabria, según los datos con que cuenta la Fundación Oso Pardo, que tiene controlados a entre seis y diez ejemplares que acaban de terminar la hibernación. Este grupo forma parte de la treintena de plantígrados que 'comparten' la parte oriental de la Cordillera Cantábrica (Cantabria, Palencia y los montes de León), a los que hay que sumar la osa con una cría que ha pasado el invierno en Liébana sin hibernar”.
Es una pena que en Cantabria haya más osos en cautividad en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno que en libertad, está claro que muchas cosas no las hemos hecho bien.
Algunas instantáneas de los osos de Cabárceno:

Otra parte muy interesante de la noticia es:
“Que el oso habite montes cántabros no causa demasiados daños, agregó el consejero de Desarrollo Rural, Jesús Oria. El año pasado (2009) se abrieron 10 expedientes por daños a colmenas y frutales, por un importe de 3.200 euros”.

En este sentido me vais a permitir que os cuente una anécdota que tuve yo con un oso:
Yo tengo un colmenar en un pueblo de Campoo de Suso, y en septiembre de 2005 los de la Fundación Oso Pardo me avisaron de que un oso andaba por la zona y que era posible que me atacara las colmenas, ya que había muy poco alimento en el monte.
Me dijeron que la única manera de protegerlas era colocar un pastor eléctrico alrededor de ellas, el cual me facilitaron y yo compré los hilos y lo puse.
Así quedó el colmenar de cerrado con el pastor eléctrico.



Pero con las prisas al colocarlo cometí un error de diseño en un punto muy concreto que lo hacía vulnerable.
Pues bien, el oso muy inteligentemente encontró ese punto y consiguió entrar en el colmenar y se comió la miel de dos colmenas, una de ellas murió y además destrozó algunos cuadros.
La historia se volvía a repetir unos cuarenta años atrás en el mismo pueblo, a un tío de mi madre un oso le atacaba un dujo.
Yo no abrí expediente porque las pérdidas fueron pequeñas y además para mí fue como un “honor” el que visitara mi colmenar y los daños me los tomé como un tributo que debía de pagar a la naturaleza de la zona.
Nunca más he tenido ningún problema con el oso y me siento muy orgulloso de poder contar esta historia.

Por otro lado la noticia sigue:

“Ana Leiva, de la Fundación Biodiversidad, hizo hincapié en el hecho de que proteger al oso revierte en beneficios a los municipios”.

Yo estoy totalmente de acuerdo, bien enfocado puede ser una fuente de ingresos a través del turismo, eso si, cuando produzca daños la administración los tiene que pagar bien y rápido.

En esta noticia también se comentaba que:
“La Fundación Oso Pardo firmó un convenio con la Federación Cántabra de Caza que dirige Ignacio Valle en el que se recoge por escrito el acuerdo verbal al que llegaron ambas entidades hace 20 años para preservar el hábitat natural del oso pardo del Cantábrico, una especie en peligro de extinción. Además han creado un proyecto llamado 'Caza y Oso'”.
Está claro que los cazadores también tienen que ser parte activa de la conservación de esta especie.

Todos tenemos que aportar nuestro granito de arena para preservar a esta especie emblemática de nuestros montes.

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